Porque su estima sobrepasa largamente
a la de las piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado,
y no carecerá de ganancias.
Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.
Se levanta aún de noche
y da comida a su familia y ración a sus ayudantes.
Ve que van bien sus negocios;
su lámpara no se apaga de noche.
Alarga su mano al pobre,
y extiende su mano al menesteroso.
No tiene temor de la nieve por su familia,
porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
Fuerza y honor son su vestidura;
y se ríe de lo por venir.
Abre su boca con sabiduría,
y la ley de clemencia está en su lengua.
Diferentes matices
endulzan su alma.
Busca el bien de su casa,
cria hijos hasta verlos crecer.
Considera los caminos de su casa,
y no come el pan de balde.
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
y su esposo también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien; mas tu sobrepasas a todas...
Engañosa es la gracia,
y vana la hermosura;
mas mujer sin comparación no es más
la que de su hogar y su familia
nunca se descuida...