
lunes, 29 de junio de 2015
Ideas vagas en mi cabeza



miércoles, 1 de mayo de 2013
Sin explicaciones claras



Luchando por superar dificultades



sábado, 17 de octubre de 2009
Y mi trozo de pastel?

María había armado su lista especial de invitados al "grandioso evento", puesto que toda la escuela sabía que esas fiestas eran de lo mejor; se comía bien, se conocía gente de otros países e índoles sociales, puesto que la familia de María era un tanto acomodada en esa época, ya que con la producción de café en las fincas, se había logrado juntar un bien respaldo económico en los tiempos de sus abuelos.
María siempre invitaba a alguien que le serviría de pato en las fiestas por si las cosas no le salían como ella deseaba o esperaba. Este año, Pedro estaba tan entusiasmado porque María se fijase en el y le invitase a aquel evento tan importante para la gente de la ciudad.
Pedro era un muchacho de condición humilde, pero muy inteligente en toda la extensión de la palabra, tanto así que a lo largo del año se la había estado ingeniando para asistir a la fiesta de María y prácticamente le había estado haciendo todas las tareas a ella. Pedro añoraba ir a la fiesta porque le gustaba María, pero ésta nunca le había hecho caso, solo le había hecho ilusiones con tal que la ayudase a obtener buenas calificaciones.
María revisó su lista de invitados una semana antes de su fiesta, entonces fue cuando se dio cuenta que le hacía falta su invitado especial... No tenía nombres de dónde escoger este año, pues a todos los posibles ya les había invitado, y éstos no querrían ir nuevamente para ser humillados por su "apreciada María".
María estaba a punto de sentirse derrotada cuando apareció Pedro, con sus lentes puestos, carita de humildad, sus mejías ruborizadas al ver a María. Ella se dijo: "allí viene mi invitado", mientras le sonreía hipócritamente al pobre muchacho. Se le acercó cariñosamente a Pedro y le dijo, "me gustaría que fueras mi invitado de honor en mi fiesta", me caes genial y además te la debo por ayudarme todo este año... Pedro sin más ni más aceptó la invitación entre tartamudeos. María le dijo que lo esperaría en la puerta de su casa, para que entraran juntos al lugar.
El día de la fiesta, María tenía todo preparado, sabía cual sería su plan para hacer sentir mal a Pedro. Era la hora, ella le esperaba en el jardín que está frente a la entrada principal de la casa. María vestía un hermoso vestido blanco, usaba una capa de terciopelo roja y portaba una cesta; era la caperucita roja. Pedro llegó vestido normal, no tenía el dinero para comprar un disfraz y lo poco que había ahorrado lo gastó en el regalo de María.
Se dispusieron a entrar en la residencia. Una vez dentro, le llevó a la pista de baile, le quitó los lentes y le dijo que bailara con ella. Pedro, con las manos sudorosas, lleno de nervios y las piernas en forma de gelatina comenzó a moverse como pudo, siguiendo los pasos de María.
El plan de María estaba a la perfección, ella estaba logrando lo que sería el broche de oro de su fiesta. Ahora tenía que hacer bailar a Pedro cerca de la piscina, luego uno de sus amibos lo llegaría a empujar y lo haría quedar como un perdedor ante todos invitados.
Justo cuando todo estaba perfecto para llevar a cabo su plan, le susurró ella en el oído a Pedro tengo una sorpresa para ti le dijo, vamos al jardín gritó con voz de autoridad a todos los invitados. Cuando estaban justo a la orilla de la piscina, Pedro decidió darle su regalo a María, un hermoso prendedor en forma de mariposa que le había comprado. Pedro sacó de su bolsillo una bolsita pequeña que contenía la caja del broche, pero como todo un tipo de su clase, era algo torpe cuando estaba frente a la chica que le gustaba; de los nervios soltó la bolsa y se cayó en la orilla de la piscina. Justo cuando María y el se inclinaron para alcanzarla, el amigo de María venía con todo impulso hacia el pobre de Pedro, éste vio la intención y se apartó inmediatamente, dejando a María en el camino del tipo, con lo cual, ambos cayeron al agua, el agua estaba teñida de azul y quedaron del mismo color los rostros de ambos.
María le gritó enérgicamente al pobre Pedro: "vete infeliz", "llévate la porquería de regalo", "haz arruinado mi fiesta"... Pedro con voz tristosa simplemente le dijo, esta bien, pero no me iré de la fiesta sin antes decirte algo sumamente importante para mi... Entonces María gritó: "dilo y vete". Entonces Pedro exclamó con voz de alegría: "y dónde está mi pedazo de pastel???
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Definitivamente Pedro logró acabar con la tradición de María, ella pasó con la cara completamente azul por varios días; y Pedro logró comerse un trozo enorme del pastel de chocolate de María...
La vida siempre da lo que cosechamos, y siempre que las cosas buenas se hagan con esmero y sin codicia, lograrás alcanzarlas... Sino, simplemente las cosas se volcarán en tu contra.


Reflexiones sociales

La mayor parte del tiempo es la sociedad la que permite los cambios en el comportamiento humano: cambios de humor, parecer, opinión, actitudes, maneras de pensar, etc., todo esto para poder ir con el día a día y sentirse parte de la misma gente que les rodea.
En la actualidad, nos dejamos influenciar por la opinión de otros sin escuchar las versiones de los sucesos y obtener un rígido análisis propio de lo que ante nuestro criterio y razón es lo correcto y lo incorrecto.
Como seres pensantes, es nuestro deber el no dejarnos influenciar por lo que dice toda la gente antes de reflexionar y analizar las situaciones, puesto que si no ejercemos nuestra opinión respecto a nuestros criterios, solo seremos un instrumento de la mentalidad de alguien con más actitud que la propia y ésto nos puede llevar a grandes consecuencias.
No dejemos que las opiniones de otros sean las nuestras sin analizarlas y comprenderlas antes de brindar apoyo incondicional a las mismas.


viernes, 5 de junio de 2009
Leyenda de un buen amigo

Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGO UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.
El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.
Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:
HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA.
Intrigado, el amigo preguntó:
¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:
Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.


martes, 2 de junio de 2009
El Sol y la Luna

Cuando el SOL y la LUNA se encontraron por primera vez se enamoraron perdidamente y desde ahí comenzaron a vivir un gran amor.
El mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio un toque final… ¡el brillo!
Dios decidió que el SOL iluminaría el día y que la LUNA iluminaría la noche y por ese motivo estarían obligados a vivir separados.
Ambos fueron invadidos por una gran tristeza y cuando se dieron cuenta que nunca más se encontrarían…
La LUNA fue quedándose cada vez más triste. A pesar del brillo dado por Dios, ella se sentía sola.
El SOL a su vez, había ganado un titulo de nobleza “ASTRO REY” pero eso tampoco le hizo feliz.
Dios viendo esto los llamó y les explicó:
Tú, LUNA, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías.
En cuanto a ti SOL, mantendrás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminar la Tierra durante el día, darás calor al ser humano y solo eso hará a las personas más felices.
La LUNA mas triste se puso con ese cruel destino y lloró amargamente y el SOL al verla tan triste, decidió que no podría ser débil, ya que debía darle fuerzas y ayudarla a aceptar lo que Dios había decidido.
Aun así, el estaba tan preocupado que decidió pedirle algo a Dios:
Señor, ayúdale a la LUNA por favor, es mas frágil que yo, no soportará la soledad…
Y Dios… en su gran compasión… creó las estrellas para hacerle compañía a la bella LUNA.
La LUNA siempre que esta muy triste recurre a las estrellas que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.
Hoy ambos viven así… separados, el SOL finge que es feliz, y la LUNA no puede disimular su tristeza.
El SOL arde de pasión por ella y ella vive en las tinieblas de su pena.
Dicen que la orden de Dios era que la LUNA debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo logró… porque es mujer y una mujer tiene fases… Cuando es feliz, consigue ser llena, pero cuando es infeliz es menguante, ni siquiera es posible apreciar su brillo.
LUNA y SOL siguen su camino. El solitario pero fuerte y ella, acompañada de las estrellas, pero débil.
Los hombres intentan constantemente conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos. Nadie jamás ha conseguido traerla hasta la tierra, nadie realmente ha conseguido conquistarla por más que lo intentaron.
Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese realmente imposible, ni siquiera el de la LUNA y el SOL… fue en ese instante cuando El creo el Eclipse.
Hoy SOL y LUNA viven esperando ese instante, esos momentos que les fueron concedidos y que tanto cuestan que sucedan.
Anónimo.

