Paulina aún se sentía triste con todo lo que su vida le ha permitido experimentar... La tristeza se debía a que quería amar pero por el momento no encontraba a la persona indicada y pensaba que la mayoría, a su edad ya ha tenido una relación normal con alguien... Faltaban unos días para su cumpleaños; consideraba que llegar a los 30 sin ningún compromiso serio era lo más espantoso que le pudiese suceder a una persona... Ella decía que, por lo menos la mayoría de sus amistades solteros, habían tenido un noviazgo algo serio y que por cosas del destino no había funcionado, pero lo peor es que ella ni siquiera un noviazgo decente había tenido, pues los que medio se podían llamar así habían sido uniones libres, o más bien besos y cariñitos de amigos con derecho...
Ella sentía que lo que se había propuesto lo había conseguido... se dedicó toda su vida a lograr lo que ella soñó... Se graduó de médico a los 25; se dedicó a salvar vidas desde entonces y obtuvo éxito en cada lugar donde la mandaban y llegó a convertirse en la jefe del Hospital General Adolescentes y niños de su país... Además de estudiar dos especialidades: pediatría y ortopedia...
Todos sus estudios eran para ayudar a niños con problemas... ayudar a todas las personas que la rodean... incluso tomó un curso de psicoligía juvenil para comprender a los jóvenes del mundo actual y su forma de actuar... pero nunca se dedicó a sí... siempre priorizó ayudar a los demás y olvidarse de sus propias necesidades...
En las reuniones familiares, todos sus primos y hermanos llegaban con sus hijos, menos ella... Paulina siempre estaba sola... se dedicaba a jugar con sus sobrinos... ellos la querían mucho... pero ella necesitaba sentirse madre y no tía... solo que a veces Paulina no se daba cuenta de ello... Se sentía realmente sola, sin amor, sin hijos, sin nada... Esos eran los momentos en los que se arrepentía mucho de priorizar su vida; momentos en los que el dinero que tenía no servía de nada; su casa de ensueño no la acobijaba como ella deseaba... le faltaba algo que se había negado a tener: una familia...
Entonces se dijo a sí misma que ahora su prioridad era encontrar el amor y una familia... ahora sabía lo que deseaba, pero no sabía cómo tenerla... Se había olvidado incluso de todos sus amigos con derecho... se dispuso a ubicarlos... de los que le propusieron matrimonio hace un par de años hasta los que querían sólo diversión a su lado por el dinero que ella estaba obteniendo... Todos ahora estaban comprometidos, casados o con muchos hijos...
Paulina se dió cuenta que se había dado cuenta que era muy tarde... que había decidido pasar por alto el amor cuando le llegó y que ahora no había más remedio que quedarse sola... y esa palabra no era una de las que ella quería sentir en esos momentos... Ella pensaba en el que hubiera sido si aquella vez que le pidieron matrimonio hubiera aceptado ya estaría casada y al menos con un hijo o hija al que le podría dar amor, pero eso dejó de ser... Paulina estaba triste y sin salida del mismo hueco donde ella se decidió sumergir...
Ella sentía que lo que se había propuesto lo había conseguido... se dedicó toda su vida a lograr lo que ella soñó... Se graduó de médico a los 25; se dedicó a salvar vidas desde entonces y obtuvo éxito en cada lugar donde la mandaban y llegó a convertirse en la jefe del Hospital General Adolescentes y niños de su país... Además de estudiar dos especialidades: pediatría y ortopedia...
Todos sus estudios eran para ayudar a niños con problemas... ayudar a todas las personas que la rodean... incluso tomó un curso de psicoligía juvenil para comprender a los jóvenes del mundo actual y su forma de actuar... pero nunca se dedicó a sí... siempre priorizó ayudar a los demás y olvidarse de sus propias necesidades...
En las reuniones familiares, todos sus primos y hermanos llegaban con sus hijos, menos ella... Paulina siempre estaba sola... se dedicaba a jugar con sus sobrinos... ellos la querían mucho... pero ella necesitaba sentirse madre y no tía... solo que a veces Paulina no se daba cuenta de ello... Se sentía realmente sola, sin amor, sin hijos, sin nada... Esos eran los momentos en los que se arrepentía mucho de priorizar su vida; momentos en los que el dinero que tenía no servía de nada; su casa de ensueño no la acobijaba como ella deseaba... le faltaba algo que se había negado a tener: una familia...
Entonces se dijo a sí misma que ahora su prioridad era encontrar el amor y una familia... ahora sabía lo que deseaba, pero no sabía cómo tenerla... Se había olvidado incluso de todos sus amigos con derecho... se dispuso a ubicarlos... de los que le propusieron matrimonio hace un par de años hasta los que querían sólo diversión a su lado por el dinero que ella estaba obteniendo... Todos ahora estaban comprometidos, casados o con muchos hijos...
Paulina se dió cuenta que se había dado cuenta que era muy tarde... que había decidido pasar por alto el amor cuando le llegó y que ahora no había más remedio que quedarse sola... y esa palabra no era una de las que ella quería sentir en esos momentos... Ella pensaba en el que hubiera sido si aquella vez que le pidieron matrimonio hubiera aceptado ya estaría casada y al menos con un hijo o hija al que le podría dar amor, pero eso dejó de ser... Paulina estaba triste y sin salida del mismo hueco donde ella se decidió sumergir...
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