Paulina despertó con una sonrisa en ese rostro blanco con mejías que el rocío de la mañana y la nieve que caía hacían que se pusieran rosaditas al candor del leve viento. Ella imaginaba el hermoso día que la esperaba ese día en vísperas de nochebuena. No tenía idea de lo que ese día significaría en su vida.
Mientras ella estaba de compras en el supermercado, en su mente divagaban ideas e imágenes de lo que ella suponía que sería esa noche de diciembre... Buscaba el vino, champaña, el rico pavo que ella misma prepararía para festejar con su invitado de honor...
Luego de sus mandados, se dispuso a preparar la cena y el postre con el que seduciría los estómagos de todos y cada uno de sus invitados... Arregló la mesa acorde a la ocasión; se dio un baño y se puso aquel hermoso vestido rojo que había visto un día de las frescas tardes de otoño en uno de los almacenes de la ciudad en la que trabajaba...
Era la hora de la cena y todos sus invitados acudieron puntuales a dicho encuentro con la noble y bondadosa Paulina. Todos llegaron llenos de pequeños detalles, pues sabían que ella no necesitaba de lujosos regalos sino que de hermosos detalles que hicieran a cada invitado especial e inolvidable... pero justo cuando se disponía a servir la cena, una llamada inesperada de su invitado especial la sacó de sí... Ella se puso pálida y sintió que le faltaba el aire...
La noche que ella pensaba que sería simplemente especial, se convirtió en la más grata de todas... ese ser especial se encontraba fuera de su casa con un sacerdote; el le había llegado a pedir matrimonio y a casarse esa misma noche con ella...
La cena que preparó para sus amistades, se convirtió en el banquete de bodas... Ellos llevaban saliendo juntos ya más de 2 años, en los que por cosas del destino no habían podido realizar sus sueños y justo esa noche sin planearlo entre ambos, el había ido a arreglar todo para que ese mismo día se hicieran sus sueños realidad...
Paulina guardará por siempre ese día de navidad en su memoria para siempre...
Mientras ella estaba de compras en el supermercado, en su mente divagaban ideas e imágenes de lo que ella suponía que sería esa noche de diciembre... Buscaba el vino, champaña, el rico pavo que ella misma prepararía para festejar con su invitado de honor...
Luego de sus mandados, se dispuso a preparar la cena y el postre con el que seduciría los estómagos de todos y cada uno de sus invitados... Arregló la mesa acorde a la ocasión; se dio un baño y se puso aquel hermoso vestido rojo que había visto un día de las frescas tardes de otoño en uno de los almacenes de la ciudad en la que trabajaba...
Era la hora de la cena y todos sus invitados acudieron puntuales a dicho encuentro con la noble y bondadosa Paulina. Todos llegaron llenos de pequeños detalles, pues sabían que ella no necesitaba de lujosos regalos sino que de hermosos detalles que hicieran a cada invitado especial e inolvidable... pero justo cuando se disponía a servir la cena, una llamada inesperada de su invitado especial la sacó de sí... Ella se puso pálida y sintió que le faltaba el aire...
La noche que ella pensaba que sería simplemente especial, se convirtió en la más grata de todas... ese ser especial se encontraba fuera de su casa con un sacerdote; el le había llegado a pedir matrimonio y a casarse esa misma noche con ella...
La cena que preparó para sus amistades, se convirtió en el banquete de bodas... Ellos llevaban saliendo juntos ya más de 2 años, en los que por cosas del destino no habían podido realizar sus sueños y justo esa noche sin planearlo entre ambos, el había ido a arreglar todo para que ese mismo día se hicieran sus sueños realidad...
Paulina guardará por siempre ese día de navidad en su memoria para siempre...
1 comentarios:
Quedo bonito, una noche especial, y creo que a cualquiera le gustaria encontrarse con una historia así a la salida de su casa, de una fiesta, de una iglesia...
Sin duda los momentos que se nos hacen inolvidables son aquellos que no esperamos que sucedan, y espontáneamente suceden...
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