Era un día lluvioso, un día de aquellos en que la lluvia es testigo de los momentos más apasionantes de la vida de dos personas que se entregan entre sí...
Era una tarde después de clase, ellos se encontraron a las afueras del salón de clases para platicar; luego del respectivo saludo, caminaron a aquellas mesas recónditas, esas mesas que están detrás de los enormes edificios de la U, donde nadie llega a esas horas de la tarde... El clima comenzaba a cambiar, la temperatura bajaba... repentinamente una nube negra cubrió el cielo y momento seguido, éste comenzó a llorar, llenó aquel lugar de agua, por lo que los enamorados corrieron a refugiarse a un aula del edificio más cercano... Justamente ese día la U había quedado vacía a esa hora y el aula estaba con las luces apagadas y completamente desierta...
El agua había hecho que ambos comenzaran a temblar del frío, por lo que decidieron abrazarse... pero los abrazos llevaron a los besos y los besos a todo lo demás... ese día ellos se entregaron el uno al otro, sintieron cómo la naturaleza hacía que sus cuerpos fueran uno solo, cómo de un momento a otro se amaban sin límites, sin miedo a ser descubiertos, sin más nada que alcanzar el punto más sublime del amor y el placer juntos...
Luego de ese día, las cosas nunca fueron igual, ellos se entregaron y disfrutaron desde entonces a plenitud de su amor... Ahora solo recuerdan cómo una tarde lluviosa terminó siendo el principio de todo...
2 comentarios:
Aw, qué romántico tu post. :D
Me alegro que te haya gustado... es que las cosas más simples como la lluvia hacen que los momentos sean mágicos...
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