lunes, 21 de marzo de 2011

Tu misteriosa esencia


Una noche más de clase, me decía en mi mente cuando me encontraba caminando en aquel pasillo de la universidad; aquel pasillo que una tarde de mis primeros años me escapé a caer justo enfrente del niño que me hacía sentir mariposas en el estómago; si, ese pasillo que guardaba tan gratos recuerdos y otros un poco vergonzosos también...

Venía pensando en qué excusa le tenía que dar al licenciado por mi llegada tarde... Justo en ese instante lo vi nuevamente, luego de tantísimos años de no saber nada de el; se acercaba a lo lejos vestido de traje oscuro, muy formal, un poco serio y cargando aquel portafolios en el que guardaba papeles del trabajo y de las materias que aún le faltaban para terminar su carrera...

Recuerdo que iba distraído, nada extraño en el, iba preocupado porque tenía mil cosas que hacer... En el momento preciso que estuvimos frente a frente, me sonrió y me saludó como lo hacía en aquella época en la que teníamos materias comunes... Pero mi mente no estaba allí, se había perdido justo en el instante en que me besó la mejía, en el momento que mi nariz pudo percibir el aroma de esa embriagante esencia, justamente esa 212 de Carolina Herrera que hacía que no quisiera dejar de abrazarlo, de soltarlo y dejarlo ir...

El notó que de pronto me fui, que mi mente había dejado mi cuerpo como de costumbre, que me encontraba en mi propio mundo... y como siempre, el sabía cómo hacerme volver a la realidad... me plantó uno de aquellos besos que tanto me hacían suspirar y vibrar, aquellos besos que dejé de sentir el día que juramos no volver a experimentar con nuestros sentimientos... pero que ambos sabíamos que nos gustaban y que siempre nos hacían olvidar los problemas que actualmente teníamos...

Ese día la noche se hizo eterna, no entré a mi clase, fuimos a sentarnos debajo de aquel conacaste que estaba en aquel lugar de la U en el que tanto nos gustaba perdernos y olvidarnos del tiempo platicando de cada cosa que nos venía a la mente... ese día nos quedamos encerrados en la U; pero no nos importó porque la chispa había vuelto a revivir en nuestros corazones, aquella chispa que algún día hizo que las cosas se vieran simples si estábamos juntos en todo...

Ese día en el que reviví tantas cosas; momentos que ahora no son más que recuerdos que siempre vivirán en mi corazón y que vuelven a hacerme volar cada vez que siento ese aroma tan particular de aquella esencia que me recuerda a ti y que misteriosamente me vuelve loca...

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